









EL ALMA DEL MUNDO
El Alma del Mundo es también y por tanto, un homenaje a la Diosa. A esa diosa que con nombres diversos, aparece en casi todos los mitos de origen y que, fecundada por el Cielo, engendra y alimenta a cuantos seres en ella habitamos. Es decir, a la Madre Tierra, a esa divinidad históricamente venerada por tantísimos pueblos, y cuya sagrada Naturaleza, secularmente respetada por el hombre, viene siendo torpemente desatendida en los últimos tiempos.
El "alma del mundo", idea filosófica de origen remoto, ha sido largamente conocida en culturas y lugares que jamás tuvieron contacto entre sí. A través de los siglos y con formas diversas, aparece en muchos de los mejores fragmentos del pensamiento humano. La presente propuesta es, sin duda, un nuevo reflejo de esta poderosa idea que nos permite percibir --o mejor, recordar-- que el Mundo es un ser vivo, "un animal inmenso"; y que fué compuesto por su Creador no solo de materia elemental (mater), sino también de alma (anima), tal cual Platón relata en el Timeo: "Le dió un cuerpo pulido y uniforme, igual en todo desde las extremidades hasta el centro, completo y perfecto. Y en medio de ese cuerpo universal, le puso un Alma."
DESCRIPCION
El Alma del Mundo estará formada por dos elementos fundamentales: la Esfera de la Tierra y un Cubo inmenso supuestamente inscrito en su interior, cuya diagonal --equivalente al diámetro del planeta-- medirá 12.756 kilómetros.
La unión o reunión de estas dos poderosas formas que simbolizan Cielo y Tierra, generará un nuevo símbolo de tipo unificador, como C.G.Jung llama a los emblemas que tienden a reconciliar armonicamente los opuestos o complementarios. El significado de este nuevo símbolo aludirá, sin duda, a la misteriosa Totalidad universal.
Los trabajos de esta escultura consistiràn en la excavaciòn de los ocho vértices o esquinas del antedicho Cubo, que seràn descubiertos en los correspondientes ocho lugares o puntos tangentes a la superficie de la Tierra. Su forma serà, como corresponde a los vèrtices de un cubo, la de un triedro o piràmide de tres caras.
GENESIS
El origen de este trabajo está profundamente vinculado con el simbolismo tradicional de losCinco Cuerpos Sólidos Regulares. Fra Luca Pacioli los describe en su tratado "De divina proportione", ilustrado por su amigo y discípulo Leonardo da Vinci. A la manera neoplatónica, Fra Luca demuestra matematicamente que el Dodecaedro corresponde a la Quintaesencia, en tanto que los otros cuatro cuerpos regulares --Tetraedro, Hexaedro o Cubo, Octaedro e Icosaedro-- corresponden respectivamente a los cuatro elementos --Fuego, Tierra, Aire y Agua-- que conforman la Naturaleza.
Por otro lado la geometría simbólica, común a tan diversas tradiciones, entiende en todas ellas que el Círculo y la Esfera simbolizan el Cielo, en tanto que el Cuadrado y el Cubo simbolizan la Tierra, como manifestaciones de la permanente y complementaria dualidad.
Partiendo entonces de la doble relación simbólica que existe entre la Tierra y el Cubo --tanto en la dualidad Cielo-Tierra como en la cuaternariedad de los elementos--, se pensó en suponer y encontrar un cubo situado en el interior del planeta. Un cubo cuyos ocho vértices debían emerger a la superficie de la Tierra por puntos situados precisamente en el elemento tierra o, dicho de otro modo, en tierra firme.
Para el desarrollo de esta búsqueda, se improvisó un sencillo y eficaz instrumento: el AMQ o Buscador del Alma del Mundo. Consiste este modesto ingenio en un globo terráqueo situado en el interior de un soporte, en el que están señalados los ocho puntos correspondientes a los angulos triédricos del posible cubo inscrito en dicha esfera. Al no contar con un eje definido de rotación, la libertad de movimientos de dicha esfera en el interior del soporte, permite ponderar las infinitas combinaciones posicionales que los ocho vértices del cubo podrían ocupar en la superficie del globo terráqueo.
Al principio se intentó hacer coincidir algunos triedros con lugares elegidos por motivos legendarios, estéticos o históricos. Pronto se comprobó que la inmensidad de los océanos --7/10 partes del área total del planeta-- hacía "completamente vana dicha pretensión". No quedaba, por tanto, otro camino que obedecer a la natural distribución que de mares, islas y continentes presenta la superficie de la Tierra.
Trás una exhaustiva investigación se comprobó, no sin cierta perplejidad, que tan solo existía una combinación posible en todo el planeta, mediante la cual podían aflorar en tierra firme losocho vértices del cubo. (Los resultados de esta investigación llevada a cabo con el AMQ, fueron posteriormente corroborados por el estudio geométrico de D. David Fernández-Ordóñez, ingeniero de Caminos).
En dicha combinación, han tenido una importancia esencial las islas de Cocos (Océano Indico) y Maíz (Atlántico), antípodas entre sí y extremos de la primera diagonal del cubo. Girando el globo terráqueo sobre ese eje, encontramos los otros seis vértices que resultaron estar situados en las siguientes áreas: Baykal (Asia) y su antípoda Tierra de Fuego (América). Desierto de Kalahari (Africa) y sus antípodas islas de Hawai'i (Océano Pacífico). Y, finalmente, Santiago de Compostela (Europa) y su antípoda Nueva Zelanda (Oceanía). Es decir, un vértice en cada uno de los tres O- céanos y cinco Continentes, que conforman la superficie de la Tierra.
Durante la realización de estas primeras pesquisas --y cuando apenas intuíamos la importancia que la forma piramidal iba a tener en el proyecto--, una afortunada lectura de Cornford nos sugirió el título de la escultura: "Platón toma la Pirámide y el Cubo como las figuras de sus elementos extremos, el Fuego y la Tierra. A partir de ellos, da dos progresiones geométricas (1,2,4,8 y 1,3,9,27), que considera constituyen las bases de la Armonía del Alma del Mundo.
TRABAJOS
Los trabajos escultóricos propiamente dichos, consistirán en la excavación o "descubrimiento" de los Ocho Vértices del antedicho Cubo inscrito. Los Lugares o puntos de la superficie de la Tierra en que estas pirámides triédricas serán descubiertas, se encuentran en las proximidades de las siguientes zonas:
Isla de Cocos (Australia), y su antípoda Great Corn Island (Nicaragua).
Desierto de Kalahari (Botswana), e islas Hawai'i (USA)
Tierra de Fuego (Argentina o Chile), y Lago Baykal (Republica Buryata de la CEI).
Galicia (España o Portugal), y su antípoda la isla Sur de Nueva Zelanda.
Los trabajos se iniciarán con la localización precisa y definitiva de los ocho Vértices. Dado el pequeño error que la propia esfera de la Tierra tiene, contaremos con una deriva suficiente para que los Lugares sean los adecuados. Tanto por la calidad de sus características geológicas o paisajísticas, como por las circustancias de tipo natural y administrativo que pudieran incidir --positiva o negativamente-- en el desarrollo de este proyecto.
A continuación, el trabajo consistirá en la excavación de los respectivos Vértices. La figura de cada uno de ellos será la de una pirámide emergiendo del seno de la Tierra. Su forma geométrica, la de un triedro compuesto por tres ángulos rectos. Su materia, la misma que consolide el subsuelo del Lugar. Y sus dimensiones -- así como la profundidad y procedimientos de excavación-- vendrán dados, en gran medida, por las circustancias y medios con que contemos en los respectivos territorios o países.
La orientación y relación espacial que entre sí mantendrán los antedichos Vértices serán, naturalmente, las que corresponden a los ocho triedros de un mismo cubo. Cada Vértice será, por tanto, un fragmento o hito destacado de esta escultura que incluye necesariamente la Tierra en su totalidad.
Pero, por otro lado, cada Vértice tendrá un discurso propio. Su presencia será, además, un homenaje a ese fragmento o territorio concreto de la Tierra, desde cuyo subsuelo emerge. En ese sentido, el espacio inmediatamente circundante a cada Pirámide, constituirá una parte esencial del trabajo, y su tratamiento vendrá dado por las características y sugerencias que ofrezca cada Lugar. Dada la diversidad de paisajes, climas, culturas o mitologías que hallaremos, los resultados finales de cada recinto serán marcadamente diferentes entre sí.


